Félix es un gato feliz, travieso e inquieto. Le encanta sacar de quicio a mi madre subiéndose a los lugares más altos de la casa y paseándose entre sus figuras preferidas. Ella como si él pudiera entenderla siempre le advierte, "¡Félix, te vas a caer!" o "¡Cómo me tires la figura del Quijote te vas a enterar!" pero como es un gato muy hábil siempre anda con mucho cuidado y sabe salir airoso de cualquier situación.
A la hora de echarse una siesta siempre busca los lugares más mullidos, como por ejemplo: la funda de mi portatil, una chaqueta, un cojín, un buen peluche....pero su lugar favorito es el tope de la pila de mantas que mi madre coloca en el salón y que durante el verano se mantienen inamovibles.
Como a cualquier gato, le gusta tumbarse cual lagartija a tomar el sol, y en verano es imposible acariciarlo mientras lo hace ya que tiene el pelo incandescente, pero a él no parece importarle.
Por otra parte, es como si tuviera un radar especial para captar los lugares estratégicos de la casa en los que aposentarse según las condiciones, como puede ser la pileta del baño cuando tiene calor, ya que está fresquita, el portátil de mi padre o su disco duro externo cuando tiene frío porque desprenden calorcito, o ese resquicio de la cocina en el que penetra un rallito de sol.
Cuando llega la noche a nuestro Félix se le activan sus instintos felinos y se trasnforma en una pantera salvaje. Me encantaría saber las películas que se monta en su cabecita cuando corretea de un lado para otro con el rabo erizado cual ardilla agazapándose detrás de los muebles y metiéndose debajo de las alfombras. Y para no fallar a su ritual, el siguiente paso es mordernos los pies a los que hayamos trasnochado advirtiéndonos así de que ya es hora de irse a dormir.
En fin, podría seguir relatando tantas y tantas anécdotas, como lo que le divierte jugar con todo lo que cuelga (véase cables, cordones, cadenas...), o cómo se relame cuando le dejamos el tarro del arroz con leche para que lo repañe y se de un festín...entre muchas otras que hacen que mi día a día sea más llevadero y mi vida un poquito más feliz :)
A la hora de echarse una siesta siempre busca los lugares más mullidos, como por ejemplo: la funda de mi portatil, una chaqueta, un cojín, un buen peluche....pero su lugar favorito es el tope de la pila de mantas que mi madre coloca en el salón y que durante el verano se mantienen inamovibles.
Como a cualquier gato, le gusta tumbarse cual lagartija a tomar el sol, y en verano es imposible acariciarlo mientras lo hace ya que tiene el pelo incandescente, pero a él no parece importarle.
Por otra parte, es como si tuviera un radar especial para captar los lugares estratégicos de la casa en los que aposentarse según las condiciones, como puede ser la pileta del baño cuando tiene calor, ya que está fresquita, el portátil de mi padre o su disco duro externo cuando tiene frío porque desprenden calorcito, o ese resquicio de la cocina en el que penetra un rallito de sol.
Cuando llega la noche a nuestro Félix se le activan sus instintos felinos y se trasnforma en una pantera salvaje. Me encantaría saber las películas que se monta en su cabecita cuando corretea de un lado para otro con el rabo erizado cual ardilla agazapándose detrás de los muebles y metiéndose debajo de las alfombras. Y para no fallar a su ritual, el siguiente paso es mordernos los pies a los que hayamos trasnochado advirtiéndonos así de que ya es hora de irse a dormir.
En fin, podría seguir relatando tantas y tantas anécdotas, como lo que le divierte jugar con todo lo que cuelga (véase cables, cordones, cadenas...), o cómo se relame cuando le dejamos el tarro del arroz con leche para que lo repañe y se de un festín...entre muchas otras que hacen que mi día a día sea más llevadero y mi vida un poquito más feliz :)
Te quiero mi Felixito.
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